jueves, 29 de enero de 2015

Palabras.



          Perdón.


Es una simple palabra, pero a veces en las cosas más simples se encuentra también lo más bonito, o lo más doloroso. En este caso, para mí, se me vienen a la mente miles de recuerdos, buenos y malos, se agolpan todos causando un puto caos del que no voy a poder salir tan fácilmente.

Ahora mismo, mientras escribo esto, recuerdo, por ejemplo, el día que lo conocí.... fue todo demasiado rápido y tengo la sensación de que mi mente ha borrado algunos detalles sin importancia sobre ese día. Recuerdo también su primer "te quiero" y cómo se me aferró al alma como una pluma, a diferencia de hoy, que se ha vuelto como un puñal y que duele como si me estuvieran arrancando una parte de mi, sin poder evitarlo. Sólo puedo ver como sangro y como se despedaza todo lo que había dentro de mi.

El primer beso.
La primera caricia.
El primer abrazo.

.........

El último beso.
La última frase.
El último intento.

viernes, 7 de febrero de 2014

El mundo del revés.


Hace tiempo, cuando me nombraban la palabra "amor" rechazaba hablar del tema, no porque me hubieran hecho daño o porque sufriera por ello, si no porque pensaba que a mí nunca me pasaría eso de enamorarme. Y mucho menos era posible que alguien se enamorara de mí, eso ni pensarlo. Nunca había pensado en depender de nadie, ni se me pasaba por la cabeza que alguien fuera más importante para mí que mi propia vida.

Pero un día apareció él.
Con su sonrisa.
Con esos ojos que quitan el sueño.
Y con su puta perfección.
Poniendo mi vida patas arriba.

Y bueno, hoy estoy aquí con todas mis esquemas por los suelos, preocupándome por otra persona y dependiendo de él y de su sonrisa. Y todo porque él le ha dado la vuelta a toda mi vida, a todos mis esquemas, a todo lo que conocía antes de él. 
Pero no, no intento reprochar nada, ni siquiera creo que él lea esto, es simplemente que creo que es necesario para todo el mundo abrir su mente y estar dispuesto a que una persona pueda cambiar tu punto de vista o tu forma de vivir porque lo más maravilloso que te puede pasar en la vida, es que alguien llegue para poner todo tu mundo del revés.

jueves, 27 de junio de 2013

De superhéroes va la cosa.

Todo el mundo adora a los superhéroes, esas personas que siempre salvan el mundo, en cualquier circunstancia, aunque sus vidas se estén desmoronando. Pero en ningún momento les preguntan sobre cómo se sienten realmente, nadie se pregunta si a Batman le gusta vivir en una cueva o si a Spiderman le dan miedo las arañas. O simplemente qué piensan segundos antes de salvar el mundo. Porque nadie sabe el vértigo que se siente al tener el poder en tus manos, saber que el futuro depende de ti y de tus acciones. Es como sentirse al borde de un precipicio tan alto que ni siquiera se ve el fondo, te quieres alejar de su boca, pero no puedes, es un vacío que te atrapa y no te deja salir, produciendo un frío tan intenso que hiela hasta el último centímetro de piel que te cubre.

jueves, 13 de junio de 2013

Cuando te falta,
y la música suena a silencio y la casa
se hace inmensa.

Es ahí cuando te acojonas
y sufres,
y caes,

y te pierdes en la profundidad de su mirada.

martes, 21 de mayo de 2013

No comparto con García Márquez aquello de 
"cada hora es un año".

Cualquiera, 

si ha pasado una hora a su lado, 
sabrá de lo que hablo.

Conocerá, 

sin duda, 
esa sensación de libertad que dan sus labios, 
sabrá como se eriza el bello cuando susurra al oído.

Tendrá conciencia de todo, 

sobre todo, la carrera que echan las agujas del reloj
intentando superar nuestras respiraciones.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Él, mi vida. 
Yo, su mitad.

Y cuando estamos frente a frente, 
      se siente como estar al borde del vacío.
          Con un miedo que hiela.
             Pero no aprieta.

Cada vez que me toca
es como si la vida buscara suicidarse, 
quitarse del medio (sabiendo que es el centro), 
como si estorbara.
(qué irónico)






sábado, 27 de abril de 2013

Tiene los ojos más bonitos que jamás he visto.
Verdes, del color de la vida.
Esa vida que él da sólo con besar.

También están sus labios.
Rojos, del color de la sangre.
Esa sangre que hierve con una sola de sus caricias.

Su sonrisa.
Blanca.
Como si de copos de nieve se tratasen.

Es imposible no detenerse en su cuello.
Decorado con lunares a modo de estrellas.

Y no nos olvidemos de su pecho.
El lugar donde guarda su secreto mejor guardado.
Su corazón.

También están sus manos.
Esas manos manchadas de cicatrices.
Perfectas, a su modo.

Recordemos también su pelo.
Rubio.
Y perfecto, como todo él.

Y que por su culo pierda el orgullo.
Y las bragas.
Cubriéndolo de arañazos.