Hoy, aquí, en esta habitación a oscuras, pienso en ti.
En todo lo que hemos vivido, en las cosas que quedaron en un
rincón, olvidadas, porque no logramos hacer. Cada noche me atormenta el mismo
sueño, estoy yo y estás tú, pero nos separa una multitud de gente, yo intento
correr para no perderte de nuevo, no quiero cometer de nuevo el mismo error. Pero
ya no estás ahí.
Te has ido y ahora estamos yo y mi dolor, a solas, sin nadie
que nos interrumpa.
Me quedo en silencio y comienzan a escucharse las primeras
gotas de una gran tempestad, sin quererlo, dos lágrimas comienzan a bajar por
mis mejillas. Esta vez no me resisto, dejo que la tristeza y las lágrimas se
apoderen de mí, sencillamente porque estoy harta de tener que ser fuerte. Ya no
más.
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