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¿Alguna vez has tenido la sensación de sentirte una persona inútil? ¿De saber que los demás sólo te quieren cuando necesitan algo de ti? ¿De tener la certeza de que cuando tú los necesites a ellos, sólo hallarás oscuridad y silencio?

Pues hay gente que vive día a día con esa sensación, gente que se despierta sin ganas de sonreír o de ver la luz del sol pero que se obligan a seguir con su mugrosa vida cueste lo que cueste, por una mínima esperanza de que todo pueda cambiar aunque sea en una mínima cosa que pueda devolver la sonrisa a sus pálidos rostros. Odian su reflejo porque ven a una persona demacrada por los años y las penas, se sienten desplazadas del mundo real, se encierran en su mundo fantasioso y sólo desean que sus vidas terminen pronto.